La reestructuración buscará optimizar recursos y alinearse con la política energética del gobierno, aunque aún se desconocen los detalles sobre sus implicaciones regulatorias e internacionales.
La reciente propuesta legislativa en México para transformar a la Comisión Reguladora de Energía (CRE) en una dependencia de la Secretaría de Energía (SENER), ha generado debates sobre los posibles impactos en el sector energético nacional y en los acuerdos internacionales vigentes, como el Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC). Aunque se ha subrayado que la CRE conservará sus funciones, esta evolución implicaría cambios profundos en la estructura operativa y financiera del organismo.
El proceso responde a una estrategia de reestructuración gubernamental enfocada en optimizar recursos y reducir costos operativos. En el día de ayer, durante el Congreso de GLP organizado por Amexgas, Rocío Abreu, presidenta de la Comisión de Energía de la Cámara de Diputados, expresó que la integración de la CRE en la SENER no implica su desaparición, sino una transformación que busca alinear sus actividades con la política energética del Ejecutivo.
Esta reconfiguración incluiría la posibilidad de derogar la ley que actualmente permite a la CRE gestionar sus propios ingresos, obtenidos principalmente del cobro de derechos regulatorios. El gobierno ha justificado esta medida en la necesidad de establecer un marco presupuestal más eficiente, similar a los ajustes aplicados a otras dependencias federales. La CRE, al ser absorbida por la SENER, operaría bajo un presupuesto asignado directamente por la Secretaría, lo que podría limitar su autonomía financiera y administrativa.
Desde el punto de vista operativo, la industria energética enfrenta desafíos en cuanto a la continuidad y claridad en la aplicación de regulaciones. La presidenta de la Asociación Mexicana de Proveedores de Estaciones de Servicio (AMPES), Alicia Zazueta, destacó a Surtidores Latam la necesidad de mantener procesos regulatorios eficientes, independientemente de qué organismo ejerza el control. “Es importante garantizar reglas claras y ágiles que fomenten la inversión y la competitividad en el sector energético”.
Según la misma, una regulación clara y consistente es esencial para mantener la confianza de las empresas internacionales, especialmente en un entorno donde la inversión privada promueve el desarrollo y la generación de empleo. Zazueta además sugirió la creación de una «ventanilla única» para reducir la duplicación de procesos y facilitar la relación entre el gobierno y las empresas.
Uno de los puntos más debatidos, en estos últimos días, es el posible impacto de esta reestructuración en el T-MEC. Aunque aún no se han definido las leyes secundarias que regularán el proceso, Abreu enfatizó que cualquier especulación sobre consecuencias legales o comerciales es prematura.
Si bien, México mantendría su soberanía para reorganizar sus organismos internos, deberá garantizar que estos cambios no violen las disposiciones del tratado, especialmente aquellas relacionadas con la competencia y la inversión extranjera.
En las próximas semanas, el Senado de la República evaluará la propuesta que no solo afecta a la CRE, sino también a la Comisión Nacional de Hidrocarburos (CNH) y otros órganos reguladores.
Fuente: Surtidores